martes, 17 de junio de 2014

Desafección política: Una actitud psicosocial.


En los últimos años hemos asistido a lo que parece ser una pérdida de confianza de la sociedad en nuestros dirigentes políticos (de uno u otro partido), motivado por una serie de acontecimientos de gran magnitud mediática en los principales órganos de gobierno: Innumerables casos de corrupción, poca preocupación por problemas sociales, recortes en educación y sanidad, reformas laborales “asesinas”, falta de inversión pública, mantenimiento de cargos públicos innecesarios, sueldos excesivos a políticos, etc. La lista se podría hacer interminable. Todo ello ha llevado incluso a que, a día de hoy, se les considere despectivamente como una “clase” política (y en las últimas semanas, hasta una “casta”). Pero, analizándolo desde la perspectiva psicológica, ¿qué es lo que provoca esta aversión hacia los políticos? ¿Está siempre justificada? ¿Hay alguna reacción mental que explique por qué parecen haberse convertido en el mal último de esta sociedad? Y, por el contrario, ¿qué es lo que hace que algunos partidos sigan teniendo infinidad de fieles seguidores a pesar de sus prácticas poco éticas? Intentemos dar respuesta a estas preguntas desde la óptica psicológica, y de la forma más neutral posible.

-Las actitudes y sus componentes.


Como todo buen estudiante de Psicología sabe, una actitud se define como una tendencia psicológica, favorable o desfavorable, hacia un objeto o entidad concreta, y está formada por 3 componentes que suelen tener una relación lógica: Cognitivo (lo que pensamos sobre algo), conductual (las acciones y comportamientos en relación a ese objeto) y afectivo (los sentimientos que nos provoca). De esta forma (y como mero ejemplo práctico) una actitud hacia un político concreto o hacia un partido en particular podría formarse de la siguiente manera:

Ante una noticia como “se recorta el presupuesto para becas”, considerada negativa para la sociedad, puedo pensar “los políticos son unos sinvergüenzas” (componente cognitivo), puedo dejar de votar al partido que ha promovido esa medida o incluso ir a una manifestación en contra (componente conductual), y puedo sentir pena por aquellos amigos o allegados que tendrán que dejar sus estudios (componente afectivo). Así, ya tenemos formada nuestra actitud. Ello puede incluso (llevado al extremo) producirnos el rechazo de personas que tengan una ideología política relacionada con esa medida concreta, algo muy en relación con los estereotipos y los prejuicios.

-Estereotipos y prejuicios. El prisma de una actitud.


Una vez formada una determinada actitud, resulta muy difícil romperla. Es más, la misma puede dar lugar a toda una compleja red de estereotipos (creencias generalizadas sobre un determinado grupo social) y de prejuicios (tienen que ver más con la parte afectiva negativa, con los sentimientos desagradables hacia ese grupo) que se podrían romper si estuviéramos expuestos a una gran cantidad de información contraria al estereotipo, o a un ejemplo que rompiera realmente esa actitud. En el caso de los políticos, es algo por desgracia muy difícil a día de hoy. Ya que, ¿cuántos políticos han dimitido después de descubrirse que han sido corruptos? ¿O cuántos han pedido disculpas por sus malas prácticas? ¿Habéis oído que alguno se baje el sueldo o se quite algún coche oficial? La propia actitud actual de los políticos hacia los ciudadanos (algo que daría para otro post, y de los largos) hace muy complicado que rompamos nuestra actitud negativa hacia ellos, y por tanto, que cambiemos nuestros estereotipos.

Por otro lado, este mismo mecanismo es el que explica la fidelidad de unos seguidores acérrimos o unos afiliados a su partido político. Por determinadas causas (valores en la educación, participación política activa, situación social o económica determinada, tradición familiar, etc.), una persona puede haber desarrollado una actitud favorable (en sus 3 componentes) hacia las prácticas o ideales de un determinado partido, y por lo tanto, ver todas sus actuaciones bajo el “prisma” o foco provocado por su actitud. Esto podría provocar incluso que se acabara estando de acuerdo con un determinado acto del partido con el que en principio podríamos estar en desacuerdo, o que una misma actuación la veamos como favorable o desfavorable dependiendo de si viene de la corriente ideológica con la que me identifico o de la contraria (algo realmente frecuente). Como ejemplo, ante la noticia “el gobierno abarata el despido y congela las pensiones”, influenciados por nuestra actitud y nuestros estereotipos podemos pensar que “es una medida necesaria ante la crisis” o que “es un ataque al estado del bienestar”.

A pesar de todo esto, que la desafección política sea el resultado de actitudes desfavorables no justifica, ni mucho menos, las prácticas poco éticas llevadas a cabo por los gobiernos a día de hoy. Y por otro lado, también es cierto que en esa desafección influyen asimismo otros muchos componentes y variables (económicas, financieras, etc.) que afectan a la delicada situación socio-política que tenemos en la actualidad, además de otros muchos procesos estudiados por la psicología social dignos de un análisis más exhaustivo (atribuciones causales, sesgos atribucionales, etc.). Sin embargo, conocer lo que es una actitud, cómo se forma, sus componentes y sus consecuencias puede ayudarnos a formar una opinión propia, a ser más críticos, a no estar de acuerdo (o en desacuerdo) con todo lo que se nos cuenta, a no ser un “borreguito” más que sólo opina lo que opina la “masa”. Formemos nuestras propias actitudes, tengamos nuestros propios pensamientos y tomemos nuestras propias decisiones.

Finalizo con otro vídeo de Amaral, cuya letra e imágenes plasman esta desafección de forma clara, irónica y violenta.



David Olivares Valles
@davipsico 

martes, 3 de junio de 2014

Videojuegos: De la afición a la adicción (II).

Tal y como comenté en mi anterior post, es el momento de analizar los videojuegos desde su perspectiva más positiva, contando con la colaboración de MK Geek. Espero que os guste nuestro post conjunto, ¡habrán más en el futuro!


El Marketing aporta una visión positiva a los videojuegos, los hacen más atractivos (de lo que ya son). La combinación de ambos hace que el cliente se sienta más atraído por este tipo de ocio. Existen herramientas como el Crowdfunding que combinan estos dos mundos para potenciarlos como herramientas de negocio.

El mundo de los videojuegos es un mundo en expansión. Gracias al efecto de la globalización (que lancen los juegos en todas las partes del mundo a la vez) este crecimiento se ha visto incrementado. Esto se puede comprobar por la mayor existencia de tiendas de videojuegos, foros con esta temática, web especializadas o tiendas online (que las propias consolas incluyen); es por eso que los juegos ya no solo sirven para jugar. Como ejemplo de todo esto nos vienen a la cabeza algunos títulos de Nintendo, como Wii Fit, Just Dance, Wii Sport o Brain Training, lo que ha dado lugar incluso a una nueva categoría de videojuegos, los llamados “juegos sociales”.


A día de hoy que tu vida sean los videojuegos no implica una adicción, si no que puede ser tu “modo de vida”. Aparte de lo que hemos comentado sobre el crecimiento del mundo del videojuego, existen otras salidas profesionales relacionadas, como los E-sports (personas que se dedican a los videojuegos de forma profesional). Ser un Gamer no implica estar aislado. El mundo del videojuego o Frikimundo puede ser la forma perfecta de conocer gente. Se pueden entablar relaciones con otras personas gracias a los juegos on-line, ferias o quedadas, o simplemente pasando tiempo con los amigos disfrutando de un buen juego multiplayer.


Psicológicamente, los videojuegos incluso podrían ser una buena forma de entrenar algunos de los procesos cognitivos más básicos como la atención mantenida o selectiva, el tiempo de reacción o favorecer la coordinación.

Opiniones:

-davipsico: En definitiva, los videojuegos pueden tener un potencial increíble, ya sea como herramienta de ocio, como forma de negocio o como un medio para desarrollarse socialmente. Utilizados “con cabeza”, pueden ayudar a que el tiempo libre de adolescentes (y no tan adolescentes) sea más divertido e interesante. Con los videojuegos, al igual que con muchas otras cosas de la vida, el secreto puede estar en el término medio.

-MK Geek: Los videojuegos son el futuro, no lo digo porque sea gran fan de estos (que también), sino que a día de hoy tienen muchas aplicaciones útiles en muchos campos, el ejemplo más interesante que se me ocurre es el de la Gamificación, en la que las compañías aplican métodos relacionados con los videojuegos en el ámbito empresarial, como sistemas de logros o puntuaciones, para incrementar ventas, mejorar las relaciones internas o impedir que los trabajadores caigan en la rutina.  ¡Y además molan! :D El día que dejen de gustarme, por favor… matarme.

David Olivares Valles
@davipsico

Cristian Coello Cantero
@icolol