He aquí el inicio de una de las secciones en la que llevo
queriendo trabajar meses. Como amante de las buenas películas y seguidor de
muchas series, desde antes de empezar la carrera siempre me ha resultado curioso
e interesante cómo los trastornos mentales se representan en las películas,
series y libros, y hasta qué punto es, digamos “fiable” la versión que muestran
de los diferentes problemas psicológicos. Resulta obvio que cada persona es un
mundo, y que nunca dos pacientes con un mismo trastorno se van a comportar
exactamente igual, además de que las circunstancias y variables que los rodean
son siempre distintas. Sin embargo, tanto la definición de un trastorno como
los síntomas y comportamientos que el afectado muestre sí pueden ajustarse de
forma más o menos realista a lo que un clínico podría encontrarse en la
práctica real.
No se me ocurre mejor ejemplo para comenzar esta sección que
el de una película que la casualidad ha querido que vuelva a ver recientemente,
y que personalmente adoro: La película de 2012 “El Lado Bueno De Las Cosas”.
Dirigida por David O. Russell y protagonizada por la oscarizada Jennifer
Lawrence y Bradley Cooper, nos muestra el caso de una extraña relación entre
dos personajes que han sufrido diversos problemas y que están intentando salir
del “bache” de sus vidas.
Para cada caso de ficción analizado en esta sección seguiré
siempre el mismo esquema (que podréis ver a continuación), y aunque hable del
argumento evitando al máximo posible la aparición de “spoilers” sobre el final,
recomiendo ver cada película o caso analizado antes de leer el post.
-Argumento y trastorno presentado.
La película comienza cuando Pat (Bradley Cooper) abandona
una clínica en la que estaba interno tras un “incidente” con el amante de su
mujer. El protagonista, clínicamente diagnosticado como Bipolar, dice haber
tenido un “brote” de violencia, el único brote que ha sufrido, pero que está
dispuesto a recomponer su vida para recuperar también la relación con su mujer.
Por el camino, tropezará con Tiffany (Jennifer Lawrence), quien no ha afrontado
la muerte de su marido de una manera adaptativa, padeciendo desde entonces una
extraña adicción al sexo. Basándose en la ayuda mutua que se proporcionan, e
intentando conseguir un objetivo común, los protagonistas se enfrascan en una
extraña pero interesante relación marcada por sus problemas y por sus no
siempre beneficiosas relaciones familiares.
-Síntomas: Manejo y consecuencias.
Durante toda la película, se muestran determinadas
situaciones que evidencian la crudeza del trastorno sufrido por los
protagonistas: Ideas y conductas delirantes (por ejemplo, una de las primeras
escenas, en las que Pat tira un libro por la ventana a altas horas de la
madrugada, porque el final no se ajusta a su nueva “filosofía de vida”), falsas
creencias (el protagonista piensa que la relación con su mujer sigue estable),
lenguaje verborreico y repetitivo, que demuestra además con una evidente falta
de habilidades sociales (como por ejemplo, la escena en la que conoce a Tiffany)
e incluso cierta impulsividad, agitación, euforia y agresividad; todos estos
síntomas posiblemente acentuados por la negativa de Pat a complementar su
terapia con la medicación. Por su parte, Tiffany parece evidenciar ciertos
rasgos de corte depresivo, si bien su trastorno resulta más complejo de
conceptualizar: Anhelo y conducta sexual desenfrenados, egocentrismo, tendencia
a la mentira, etc. Por otro lado, resulta interesante analizar el tipo de
relación que Pat tiene con su terapeuta (quién, en determinado momento de la
película pasa de terapeuta a amigo de la familia), y lo ético o no de sus
métodos. Por ejemplo, poner en la sala de espera la canción de la boda de Pat,
para esperar su reacción, (algo que supongo a muchos terapeutas les parecería
impensable, si bien es cierto que no hay nada como la exposición en vivo para
afrontar problemas de ansiedad). También me resulta muy interesante cómo la
película trata lo que podríamos considerar como “activación conductual”, mostrando que
participar en una actividad social y/o deportiva, compartiendo esfuerzos y
objetivos comunes en grupo puede ayudar a afrontar los síntomas de un
trastorno; en este caso, la actividad consiste en participar en un concurso de
baile.
-Curiosidades.
Un tanto a favor de cómo esta película muestra los problemas
psicológicos es que plasma muy bien la propia influencia de la familia en el
desarrollo y mantenimiento de un trastorno a nivel de las variables que acompañan
a la situación familiar, además de que el padre de Pat (majestuosamente
interpretado por Robert De Niro) parece padecer un importante (y no
diagnosticado) trastorno obsesivo-compulsivo. Resulta curioso cómo Pat,
internado unos meses en un centro psiquiátrico, parece saber más sobre lo que
le ocurre a su padre que él mismo. Por otro lado, me parece fascinante la
escena en la que Tiffany y Pat hablan de sus respectivas medicaciones y de los
efectos que éstas producen; se trata de un “filtreo” en toda regla, pero con un
tema de conversación poco convencional. Con esto, queda un poquito demostrado
que, al fin y al cabo, las personas que sufren un trastorno mental son iguales
que los demás, con sus necesidades, alegrías y penas; sólo que con algo que,
poco a poco, tienen que resolver.
-Nivel de realismo.
El mostrar de una manera tan rápida tantos síntomas, y desde
mi punto de vista, con ese acertado nivel de realismo, es algo poco
convencional y da un matiz “raro” a la película que hace que sea única. Si nos
pusiéramos muy críticos, quizá el final “hollywoodesco” que tiene, y el extraño
papel que de repente tiene el terapeuta, “estropean” una gran película sobre
las vidas de las personas que sufren un problema psicológico; muchas más de las
que normalmente se piensa. Y, desde el punto de vista positivista, resulta
encantadora la filosofía de vida que Pat ha aprendido y ha hecho suya: Al
final, si eres constante, vas a seguir adelante, vas a ver que todo lo malo
pasa y vas a aprender a disfrutar del lado bueno de las cosas. ¡Excelsior!
-Tráiler.
David Olivares Valles
@davipsico